En el dinámico mundo de la tecnología, la inteligencia artificial (IA) se ha posicionado como un pilar fundamental en el ámbito de la ciberseguridad, especialmente en Latinoamérica. Esta tecnología, caracterizada por su capacidad de aprendizaje y adaptabilidad, está transformando la manera en que empresas y usuarios finales se defienden contra los ataques cibernéticos. La automatización y la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas amenazas hacen de la IA una herramienta indispensable en la lucha contra el cibercrimen. Sin embargo, es importante reconocer que, así como la IA beneficia la seguridad digital, los ciberdelincuentes también la utilizan para sofisticar sus estrategias de ataque.
Un informe reciente de la reconocida empresa de ciberseguridad Kaspersky pone de manifiesto la magnitud del problema en Chile, indicando que el país sufrió más de 500 millones de ataques de malware en 2022. Interesantemente, el 55% de estos ataques se dirigieron a dispositivos personales, como computadoras, teléfonos móviles y tabletas, destacando la vulnerabilidad de los usuarios individuales frente a las amenazas digitales. Este fenómeno no es exclusivo de Chile; según el informe global de SonicWall, se observó un incremento del 28% en ataques cibernéticos a nivel mundial durante el tercer trimestre de 2022, tendencia que no mostró signos de disminuir en 2023. Este aumento se atribuye tanto a los avances en las técnicas de ransomware como al impacto del hacktivismo, muchas veces vinculado a conflictos internacionales.
En este contexto, Pablo García, Gerente de Ciberseguridad en LATAM de TIVIT, subraya el rol transformador de la IA en la ciberseguridad. La tecnología no solo mejora la eficacia en la identificación de patrones de comportamiento anormal, superando ampliamente a los sistemas de antivirus tradicionales, sino que también es esencial para la implementación de sistemas de EDR (Detección y Respuesta Extendida), los cuales juegan un papel crucial en la detección y neutralización de ataques automatizados. García destaca que, gracias a la IA, es posible una respuesta más rápida y eficiente ante las amenazas, lo cual es vital para minimizar el impacto de los ataques.
Ante el panorama actual, García enfatiza cinco aspectos cruciales que usuarios y empresas deben considerar para fortalecer su seguridad digital. En primer lugar, la implementación de estrategias organizacionales basadas en IA es fundamental. La adopción de marcos de referencia como el NIST mejora los controles de identificación, protección, detección y respuesta ante ciberataques. La adaptabilidad y la automatización son, según García, factores clave que permiten a la IA aprender y adaptarse a nuevos tipos de ataques, lo cual es especialmente relevante en Latinoamérica debido a los desafíos regionales específicos, como la necesidad de evitar sesgos en la detección y ofrecer soluciones accesibles para las pymes.
Además, se hace hincapié en la creciente preocupación por técnicas de ataque como la suplantación de voz y el ransomware, contra las cuales la IA ofrece herramientas valiosas para la prevención y la respuesta. García también señala que la IA está redefiniendo los procesos de detección de ataques, eliminando la necesidad de procedimientos manuales y repetitivos y proporcionando datos críticos para la toma de decisiones estratégicas en la defensa contra ciberataques. Finalmente, destaca el papel “invisible” de la IA en la protección de los usuarios finales, mencionando aplicaciones capaces de detectar intentos de fraude a través de la analítica de datos como el tecleo del celular, su inclinación y hasta la ubicación geográfica del dispositivo.
Es importante mencionar que, aunque la IA ofrece numerosas ventajas en el ámbito de la ciberseguridad, su uso debe ser regulado para garantizar que se mantengan límites éticos, evitando el abuso en actividades como el espionaje y asegurando que no se utilice para fomentar la discriminación o el sesgo. García concluye que, a pesar de los retos éticos y técnicos, la IA seguirá jugando un papel crucial en el futuro de la ciberseguridad en Latinoamérica, ofreciendo innovación y fortaleza ante las crecientes amenazas cibernéticas.