Dragon Quest 11 puede fácilmente ser el mejor ejemplo de lo que es un J-RPG que jamás haya jugado. Es un excelente ejemplo del género y te lleva a las bases de los que es un puro y duro RPG con combate en turnos, lo que siempre toma tiempo para adaptarse.
Erdrea, el mundo de Dragon Quest 11 está compuesto por un muy leve sombreado plano que se ve fantástico, inmersivo y simplemente hermoso. Erdrea es gigante, hay decenas de locaciones que puedes visitar, cada una con su propio estilo visual y habitantes de varios tipos que se transforman en muy útiles NPC. Puedes saber rápidamente dónde estás en el mundo por el estilo visual y arquitectura o incluso por la forma en la que los personajes hablan. Con tanto para ver y hacer, Dragon Quest 11 es grande, profundo y listo para explorar.
Todos estos pueblos y locaciones que visitas son únicos. Hay una ciudad en el desierto, una polinésica y una en la que todos hablan en haiku. Cada ciudad está poblada por NPC con los que puedes hablar y cada uno de ellos tiene algo único que decir. Cada pueblo tiene también un save point, una tienda de ítemes, una de armadura y una de armas, además de la persona con la que hablarás para comenzar tu misión. Los NPC te darán pistas sobre dónde tienes que ir, pero es probable también que simplemente te den información turística del pueblo.
A pesar de tener todas estas increíbles ciudades para explorar, Dragon Quest 11 es un juego lineal. Sí puedes volver atrás y revisitar los lugares en los que estuviste para comprar ítemes o realizar misiones secundarias, pero no puedes simplemente explorar tipo mundo abierto. El juego no progresará a menos que termines de recorrer el corredor del pueblo y abrir la puerta hacia la siguiente sección.
La historia de Dragon Quest 11 es una mezcla entre el clásico héroe y un juego lleno de fantasía y locura. El arquetipo de los personajes es divertido sin caer en los estereotipos. Las 70 horas de esta historia son una saga robusta llena de giros y sorpresas. El combate es una oportunidad para medirte frente a una variedad interminable de enemigos.
Con bellos gráficos, un mapa gigante y un hermoso ejemplo de como, tras 30 años de historia, los J-RPG han evolucionado a las consolas de esta generación, Dragon Quest 11 es una digna nueva entrega para una saga que habla por sí misma.