Llega una nueva entrega de Call of Duty y al analizar este juego, no se pueden medir los mismos parámetros que en otros, ya que la saga Call of Duty es una con entregas anuales que se definen por cambios incrementales a una fórmula ya definida, por lo que se hace necesario revisar muy en detalle lo nuevo.
Call of Duty: Black Ops – Cold War es definitivamente un buen juego por sí mismo, pero que puede parecer carente de algunos elementos si se lo compara con su predecesor. En el plano general, tiene un gameplay impecable, sólo manchado por pequeños detalles como la sensación del arma en el control o el flujo del mapa.
Sin embargo, esta nueva entrega llega con cambios que eran necesarios a la sección de Create-a-Class, sumado a una corta, pero muy entretenida campaña. Aún así, siento que Black Ops – Cold War tiene una fuerte competencia con su hermano free to play, Warzone, el cual ha sido un éxito total y con una longevidad increíble.
Pero esta “competencia” no lo es tanto si tomamos en cuenta que, a partir de diciembre, Activision unirá la progresión entre Warzone y Cold War, compartiendo rangos, armas, battle pass y skins. El rango ganado en uno de estos juegos automáticamente aplicará para el otro. Ambos juegos tienen llamativos botones en su menú principal que te llevan al otro juego, llevando, sin mayor dificultad, a tu equipo también. Al juntar estos dos gigantes, Call of Duty está de a poco transformándose en un centro unificado de juegos, con Warzone al centro.
La tecnología que une a estos dos juegos es impresionante, aunque aún necesita trabajo para ser hermanos por completo, ya que al ser estos juegos de desarrolladores y motores diferentes, sucede, por ejemplo, armas que aparecen en ambos juegos, como la M4 y M5, tienen diferentes balísticas y culatazos. Así mismo, accesorios que parecen casi idénticos, no alteran las mismas estadísticas. Saltar de un juego a otro es como cambiar de una bicicleta a un skate, tienen mecánicas similares, pero experiencias completamente diferentes.
Activision está en medio de una transición confusa para su futuro con juegos unificados. A pesar de que Warzone continúa más firme que nunca, la publicación de juegos anuales no se ha detenido y se han transformado en una especie de expansión para Warzone. Habrá que ver qué sucede el próximo año, por mientras, a disfrutar el crossplay entre ambos juegos y ver como crece este universo.