Los intentos de Ubisoft de simular a los habitantes de Londres en Watch Dogs: Legion son los más ambiciosos que jamás haya intentado un videojuego. En la futurista y tecnócrata ciudad europea, puedes caminar desde Camden a Nine Elms y cada persona que verás tendrá un nombre, una serie de atributos: apostador, experto en modas, paramédico, baja movilidad, etc y una voz y apariencia hechas a medida. Puedes reclutar a cualquiera de ellos para tu movimiento de resistencia hacker y ponerte en sus zapatos.
Hay que ser cuidadosos a la hora de elegir tu personaje. Puede que no te fijes mucho en sus habilidades y sólo lo elijas porque es el que estaba más cerca o porque te gustó su look. Al momento de entrar en misiones más complejas, tu personaje te podrá ser de mucha ayuda o tenerte atascado por horas repitiendo la misión luego de múltiples muertes. El sigilo es una habilidad que te harán utilizar muy seguido, así como la habilidad de utilizar ciertos aparatos tecnológicos.
Es en esto en donde radica la magia de Watch Dogs Legion. Después de un tiempo jugando, podrás tener tu equipo de espías que pueden ser baristas, estrellas de cine, asesinos a sueldo, etc, y algunos de ellos podrán aportar vehículos especiales o armas que no están al alcance de todos. Pero este no es un juego sobre resistencia violenta, sí hay armas, pero la mayoría de la acción ocurre en torno al sigilo y al entrar en los edificios sin ser notados y ayudados por la tecnología.
Watch Dogs Legion es un juego sobre el poder colectivo, uno que desafía la narrativa del único héroe que tanto domina este medio. Cualquiera en las calles de Londres puede hacer una diferencia y batallar las fuerzas fascistas que se han apoderado de la ciudad. Si haces un par de favores, las personas se unirán a tu causa. Me encontré con que es mucho más entretenido hackear drones con una abuelita, que apenas se puede mover, que tomar el papel de un súper espía.
Hace tiempo no jugaba un juego tan extraño, en el buen sentido, como Watch Dogs Legion. A diferencia de la mayoría de los juegos de mundo abierto que dominan la escena actual, este juego es ambicioso, imperfecto y abiertamente raro. Para mí, es un experimento fascinante, con algunos fallos, pero bien intencionado, de lo que un juego debería enviar como mensaje y también en cómo se envía ese mensaje.
Los sitios de interés de Londres están todos ahí, desde el Big Ben hasta el London Eye, pero en vez de reducir a la ciudad a un simple fondo en donde sucede toda la violencia genérica, te permite encontrar tu propia diversión e incluso significado, del por qué estás ahí.