Organizado por Fundación CorpArtes y producido por Storyboard Media, Sanfic 2020 comenzó este domingo 16 de agosto de manera gratuita y online, una modalidad inedita para el Festival, pero acorde a los tiempos actuales.
La primera pieza audiovisual que vi fue el documental “Chile Despertó”, el cual, con una duración de 30 minutos, promete ser un recorrido in situ por el estallido social de octubre del 2019.
Me da una pena enorme tener que decir que este documental se queda corto en todo sentido. Las imágenes de las protestas no difieren mucho de las cientos que andan dando vueltas por redes sociales o que yo misma pude haber recabado a lo largo de las decenas de jornadas de movilizaciones que se produjeron entre octubre y diciembre del año pasado. Pero no logran sorprender, no logran impactar y no tienen hilo conductor.
Viendo “Chile Despertó”, me sentí viendo algo ya repetido, no distinto de lo mostrado en los canales de noticias. Las imágenes son interrumpidas por pantallas de texto que relatan un poco los hechos más importantes, pero cuando se regresa a las imágenes, estas son repetitivas, el director se basó únicamente en las tomas que él pudo captar y falló en su tarea documental de apoyarse por imágenes tomadas por otros participantes, videos amateur, notas de los noticieros nacionales e internacionales, etc, que le dieran más sustancia al relato, ya que poner una pantalla negra que te indica que hubo violaciones a los derechos humanos, no tiene el mismo peso si no se muestras esas violaciones, registros de las cuales hay más que suficientes y que son clave para que este movimiento cause impacto de manera internacional, no basta sólo con transformar los valores de pesos a dólares.
Hubo sí, un par de registros que me sorprendieron y mostraron un lado poco visto de las movilizaciones. Por una parte, se ve al equipo del Instituto Nacional de Derechos Humanos calmando a los asistentes para que no agredan a los militares y viceversa, en un intento de calmar los ánimos y disminuir la violencia en ambos frentes.
Las otras imágenes que captaron mi atención fueron aquellas que muestran en detalle la forma de trabajar de la primera línea y de enfrentar de manera bastante organizada, el ataque de los vehículos de Carabineros. Hasta ahora, no había visto imágenes de buena calidad y tan de cerca de esta acción, lo cual le da bastante valor a este documental.
Finalmente y en lo que más se cae “Chile Despertó” es en la falta de sustancia para llamarse documental en toda la expresión de la palabra. Más parece un antojo de grabar las protestas con cámara profesional. Extrañé entrevistas a expertos, cientistas políticos, dirigentes, testigos, víctimas, etc. Todo esto le habría dado más potencia al relato y contexto para quienes no son de Chile. Este documental se queda corto como tal y sus imágenes, aunque buenas y completas, no son suficientes.