Desde que existe el cine moderno, se han hecho remakes de películas y cuentos clásicos y este es el caso de “Blanca como la Nieve” (“Blanche comme neige” en su idioma original) dirigida por la reconocida directora francesa Anne Fontaine, quien nos trae una mirada fresca, moderna y sobretodo adulta, al cuento de Blancanieves y los Siete Enanos.
En “Blanca como la Nieve”, Claire (Lou de Laâge), trabaja en el hotel de su fallecido padre, ahora propiedad de su madrastra Maud (Isabelle Huppert), quien tiene una relación con el administrador del recinto y tras notar el interés de él por su hijastra, decide hacerla desaparecer del mapa en un secuestro que no termina del todo bien y Claire es salvada por un misterioso cazador. Tras su rescate, Claire se refugia en un pintoresco pueblo de la montaña, en donde conoce a 7 hombres, quienes vendrían a representar a los Siete Enanos y es con ellos con quienes desarrolla su hasta entonces, no descubierta sexualidad.
En su nueva vida, podemos ver cómo Claire comienza como una mujer reservada y conservadora, tanto en su comportamiento como estilo de vida. Pero tras su secuestro, la vemos explorar su sexualidad y transformarse en el alma de la fiesta.
Dividida en tres secciones, la película primeramente nos muestra un misterio, el cual es lentamente develado y siempre con el espectacular escenario natural de fondo, el cual es mostrado en increíbles tomas de drone y acompañado de música que le hace justicia a este trasfondo. “Blanca como la Nieve” intercala el humor con una excéntrica trama, aunque el predecible final limita en parte la intensidad general del filme. Sin embargo, esta película no deja de ser una historia que explora a fondo la emancipación emocional y sexual de la mujer, algo muy actual.
Todo el conjunto de elementos que conforman esta película nos deja como resultado una historia que se sale del cliché del príncipe encantador que viene a salvar a la protagonista y que da vuelta una historia antigua y pasada de moda, dándole un espacio en la actualidad.