1880-1890. Thomas Alva Edison instala su compañía de electricidad y revoluciona al mundo con sus inventos basados en la corriente continua. Es el genio que todos quieren de su lado, pero cuando George Westinghouse levanta una compañía basada en la corriente alterna en la que el científico Nikola Tesla es actor clave, el dominio por la electricidad se transformó en una de las contiendas más significativas para las ciencias y la humanidad.
¿Qué pasa cuando un argumento como éste llega a la pantalla grande? Es inevitable ir a verla.
Es necesario mencionar que la película fue terminada el año 2017, pero su estreno se pospuso luego de que la compañía que encontraba detrás de la cinta recibiera numerosas denuncias contra el dueño y productor Harvey Weinstein. Así, tras una serie de rotativas, Una guerra brillante finalmente llegó a nuestros cines este jueves bajo la dirección de Alfonso Gómez – Rejon.
La primera escena funciona como enganche, sin embargo en la escena que sigue vemos a un Thomas Edison, interpretado por Benedict Cumberbatch nuevamente en un papel de genio arrogante, donde revoluciona con el invento de la bombilla eléctrica resulta más acorde y el inicio definitivo para la película que llevará a la electricidad al centro de la atención.
Al principio, la historia que mueve la cinta va a desarrollándose paulatinamente, mostrándonos el contexto y como la figura de Edison se va fortaleciendo, hasta el momento en que Westinghouse irrumpe en escena con la corriente alterna, que pareciera ser mejor que la propugnada por Edison. Sin embargo, pareciera que en algún punto están en contra del tiempo y todo se va sintiendo demasiado acelerado hacia un final que no se siente como tal y que termina mostranado algo que podría no ser compatible con lo que hemos visto antes.
Ahora bien, en términos de dirección artística y fotografía, la película se encuentra muy bien ejecutado. La forma en que la cámara nos hacer seguir estos enfrentamientos, la preponderancia que hay en los colores cálidos y que hacen guiño a la electricidad como sustento, son elementos que confluyen de una manera que visualmente resulta atractiva.
Respecto a las actuaciones, tanto Cumberbatch como Shannon hace una gran interpretación de Edison y Westinghouse, respectivamente. Incluso Tom Holland personificando al secretario de Edison, sin embargo y pese al buen trabajo que realiza Nicholas Hault interpretando a Nikola Tesla, un personaje que en la verdadera historia tiene gran peso y el verdadero contendiente de Edison, pero que se ve opacado en la cinta, remitiéndose a ciertos momentos su aparición y sólo dándole importancia hacia el final.
Una guerra brillante es una película que a muchos puede gustarle ante el conflicto histórico que representa, el elenco que la compone y el trabajo que artístico que hay detrás. Sin embargo, puede terminar siendo algo confusa ante lo abrupto de sus cortes y que en definitiva deja gusto a poco.