Dirigida por Alexandre de La Patellière, Matthieu Delaporte, y protagonizada por Fabrice Luchini y Patrick Bruel, la pelicula francesa Lo mejor está por venir llega a cines chilenos para hablarnos sobre la amistad y la importancia de vivir cada minuto.
Arthur y César han sido amigos desde siempre pese a las marcadas diferencias entre ellos. Mientras uno vive de la rutina y el orden, el otro prefiere la diversión y lo espontáneo; sin embargo, esas diferencias funcionan como un complemento y transforma la amistad que los une en una singular y llena de humor. Pero, ¿qué pasa cuando te enteras de que tu amigo de toda la vida está enfermo y tienes que darle la noticia?
No hay por donde partir y cuando Arthur trata de darle el diagnóstico a su amigo, un error en la elección de palabras le hará creer a César que es él quien está muriendo, lo que marcará el inicio de un camino en el que nunca es tarde para aprender a vivir.
La dinámica entre Arthur y César es la principal fortaleza de la película, la química entre los actores logra traspasar la pantalla y hacernos creer que efectivamente estamos viendo a Arthur y César, no hay otra forma de verlos, tanto la caracterización como la interpretación están muy bien elaboradas y es finalmente lo que transforma Lo mejor está por venir en Lo mejor está por venir, por lo que incluso otros actores interpretando a este dúo no funcionará tan bien como lo hacen Luchini y Bruel.
La ambientación tiene peso dentro de la película, desde los colores hasta las locaciones le dan un significado a la travesía que hacen estos amigos, lo que queda perfectamente acoplado con la música que utilizan a base de piano, que aporta lo justo en términos de drama a la historia. Aunque por momentos, por ejemplo en el caso de las secuencias en la carretera, estas pueden resultar un tanto largas lo que genera un poco de distancia entre el espectador y la película, sin embargo, cuando Luchini y Bruel aparecen en el plano, volvemos a conectar con ella.
Ahora bien, si nos fijamos en la trama es bastante simple e incluso algo predecible, sobre todo hacia el final con un viaje que pretende ser un último intento de lucha, y que a pesar del humor que lo envuelve, se produce un cambio con el tono volviéndose hacia el drama y hay unos pequeños momentos donde la representación que realiza Luchini en uno de los momento más fuertes emocionalmente, queda al debe. Algo no tan reprochable, si se considera que durante el resto de la película, su representación es impecable.
Lo mejor está por venir es una película a la que bien podemos estar acostumbrados, pero cuyo elenco logra hacerla única y hacer brillar una trama que solo puede tener un final posible y que entre bromas, risas y confusiones logra hacerse paso en lo que conlleva una enfermedad y también tomar temas como el enfrentar el pasado, el aprender a vivir e incluso la muerte, como una bandera más.