Los retelling llegaron para quedarse. Escribir nuevas versiones de los cuentos tradicionales ha resultado ser una fórmula exitosa a la hora de trabajar en novelas de fantasía para el público más joven. En esta tónica, Sarah Henning hace su debut con La bruja del mar, un retelling de La Sirenita, pero con un oscuro argumento sobre los orígenes de Úrsula envueltas en promesas de magia, oportunidades y sacrificios. Una historia que, desafortunadamente, se queda en lo que podría haber sido.
No es el cuerpo de una sirena. no es el cuerpo de nada que se haya podido ver en estas aguas. Soy mi propia magia.
El reino de Havnestad es el escenario de La bruja del Mar, Evie es la mejor amiga del príncipe y heredero al trono, Nik. Ambos han sido amigos desde que tienen recuerdo, pero antes eran Evie, Nik y Anna, pero ella murió cuando eran niños y su pérdida unió aún más a Evie con Nik, haciéndose inseparables. Sin embargo, Evie ha guardado un secreto y es que puede hacer magia, algo que está prohibido en Havnestad y es penado con la muerte.
La situación cambia cuando Annamette, una joven que se parece demasiado a Anna entra en su vida, porque Evie hará lo que sea necesario para salvarla, incluso si eso la pone en peligro a sí misma.
El inicio del libro es prometedor. Tiene un muy buen arranque con un ritmo ágil, pero éste decae y se mantiene constante durante el resto de la historia hasta sus páginas finales. La mayoría del libro avanza entre bailes amoríos y apariencias, aunque se trata de justificar dado que la historia transcurre durante un festival, sin embargo, se deja aún lado uno de los temas principales: la magia. Poco vemos de ésta y aquello que la rodea se da por entendido y falta un poco de explicaciones. Además lo que vemos de magia son pequeños hechizos y las ganas de aprender de Evie, algo que se mantiene constante hasta las últimas páginas.
Los personajes, por su parte, no logran convencer del todo y no tienen tanta profundidad. Evie es una joven intrépida y divertida, pero hay algo que no termina de encajar, como si leyéramos a dos Evie. Iker es un personaje que se siente innecesario en gran parte del libro, pero al final nos intentan explicar que también era una pieza clave, aunque su participación en los últimos hechos no lo es.. Por otro lado, Anamette es un personaje que tenía mucho potencial, pero este se comenzó a desarrollar tardíamente y queda con gusto poco su caracterización.
El final es el bote salvavidas de Henning con un giro que viene a resignificar todo lo que habíamos leído, con intenciones descubiertas y últimas jugadas, vemos la parcialidad en el punto de vista de Evie, que sí logra sorprendernos. Pese a ello, es muy tarde y apenas quedan unas páginas para disfrutarlo.
El epílogo nos da el cierre para la historia de Evie con un guiño a La Sirenita y también con el pase al segundo libro. Sin embargo, La Bruja del Mar se cierra por sí mismo con este apartado que termina de contarnos lo que pasa con Evie luego de 50 años desde lo que sucedió en el último capítulo, y que extrañamente, resulta ser la mejor parte de todo el libro.
El orgullo y la ignorancia no pueden aprender un hechizo y salvar este mundo; cuando los combinas solo puedes acabar causando daño
La bruja del Mar es un retelling que nos prometía un viaje por los oscuros orígenes de Úrsula, con un argumento que llamaba a la atención, sin embargo se queda atrapado en su promesa con la mayoría de sus personajes ajenos al lector, un elemento sorpresa tardío y que a pesar de tener una gran ambientación y una descripción del mar elocuente, no llega a cumplir las expectativas en torno a este libro, pero con su epílogo deja la posibilidad de redimirse en el siguiente libro Sea Witch Rising