La saga de Terminator ha llegado a un punto crítico. Lejos están los días de esta franquicia recaudando cientos de millones de dólares y llenando salas alrededor del mundo. Después de secuelas como “La Rebelión de las Máquinas” y “Genisys”, particularmente después de “Genisys”, parecía que ya había llegado la hora de dejar al viejo Terminator descansar. Hasta siempre Arnold, nos entregaste dos geniales películas de ciencia ficción… ahora puedes retirarte. Corte a “Destino Oculto”.
En una de las mayores sorpresas del año, resultó que “Destino Oculto” es la mejor secuela de Terminator desde T2, comprendiendo completamente lo poco positivo que puede resultar decir eso. Es más, es la única secuela desde T2 que volvería a ver. ¿Está cerca de la primera o segunda entrega? No, pero es disfrutable en mi opinión. Se nota que tomaron un paso atrás y trataron de hacerlo bien esta vez. Linda Hamilton está de vuelta, es clasificada R en Estados Unidos, James Cameron está de vuelta (lo que no significa que no lo hayan sacado en su momento para aprobar Genisys). Parecía que por primera vez en años había legítimo interés en llevar la franquicia a sus raíces, y creo que lo lograron en cierto modo.
El Rev 9 es el primer villano absolutamente imparable desde T2, al igual que en esa cinta la película usa figuras de autoridad relevantes en la época del estreno para comentar el poder que estos tienen sobre la población (en el caso de T2 son policías de Los Ángeles y en Destino Oculto son agentes de inmigración estadounidenses), conceptualmente las escenas de acción son extensas y variadas y a pesar de todos sus problemas la película logró que sintiera algo por Arnold por primera vez en años. El Terminator interpretado por Schwarzenegger es casi reminiscente del personaje de Hugh Jackman en Logan, es una performance mucho más reflexiva de lo habitual para esta franquicia y fue legítimamente un punto alto de la película en mi opinión.
Pasando a lo negativo, Tim Miller me decepcionó mucho como director de secuencias de acción. No solamente hay una abismal falta de variedad de planos, puedes contar con los dedos de las manos la cantidad de veces que cortamos a un plano general, lo que dificulta bastante la ubicación espacial dentro de la acción; sino que el trabajo de cámara es tembloroso y poco claro lo que sólo empeoraba las cosas. En una historia que necesitaba una baja y más íntima escala, el guión insiste en que esta sea más y más grande. La escena en el avión es la peor en toda la película no solo por ser la más masiva, sino porque (además de ser usada para tirar una carga de exposición al espectador y porque la mera existencia de esta es confusa) tiene cosas absolutamente ridículas como el Rev 9 cayendo a un barrio residencial y volviendo al aire en otro avión en lo que se sienten como menos de 5 minutos.
Sin embargo, el aspecto que, personalmente, creo que evita que Destino Oculto se una a las grandes ligas de las primeras dos películas de la saga, es que filosóficamente está muy confundida. Terminator siempre se ha tratado sobre cómo tus acciones generan tu futuro, no un destino pre-establecido. La única razón por la que vale la pena seguir a estos personajes es porque sabemos que si logran sobrevivir, podrán cambiar el futuro. La razón por la que mencionaba a “Rebelión de las Máquinas” y a “Genisys” anteriormente, era porque son las películas que más violan esta postura. Sus tramas son tan deterministas que hacen hincapié en el hecho de que no importa lo que hagas, solo pospondrás el día del juicio, nunca lo podrás detener. Siempre he amado los mensajes así de pesimistas, pero en un universo como el de Terminator se siente absolutamente fuera de lugar, “¿Para qué esforzarnos entonces?. Si el día del juicio es inevitable ¿Cuál es el punto de tratar de sobrevivir?” Y Destino Oculto camina en la cuerda floja en este sentido.
Por un lado sí muestra e insiste en la idea de que el futuro está en nuestras manos, pero por el otro, y quizás por la misma naturaleza hollywoodense de las secuelas y las franquicias, parece que esto nunca va a acabar. La película señala en varias oportunidades que han venido más Terminators que no hemos visto, que probablemente vendrán más y que si no es Skynet será otra la compañía que por algún motivo creará robots plateados con ojos rojos para aniquilarnos. Es esta mentalidad de esperanza la que siempre ha sido el alma de la franquicia, es la razón por la que creemos que una camarera puede convertirse es una de las mujeres más duras e icónicas del cine, es la razón por la que podemos creer que una máquina de matar puede convertirse en la figura paterna que John Connor tanto necesitaba. Pero desde T2 esta idea solo ha sido abandonada porque necesitamos una razón para que vengan más Terminators al presente.
Terminator – Destino Oculto es probablemente la única película post-T2 que volvería a ver. No es para nada perfecta pero tiene buenas intenciones, Linda Hamilton y Mackenzie Davis son interesantes adiciones y aunque no está para nada pensada como final, ni se siente como uno, quedaré satisfecho si cerramos el libro acá y nunca volvemos a tocar esta franquicia en la vida. Ubicaré a “Terminator – Destino Oculto” en el lugar número 58 de las 141 películas que he visto de 2019. Arriba de “High Flying Bird” y debajo de “Los Tiburones”.