Casey Affleck a tenido una productiva pero callada carrera desde su magistral actuación en Manchester by the Sea y subsecuentes acusaciones por inapropiadas conductas en el set de su anterior proyecto detrás de la cámara I´m Still Here. El actor y director ha trabajado principalmente en películas de David Lowery (específicamente A Ghost Story y The Old Man and the Gun) e incluso ignorando el hecho de que Lowery aparece en los agradecimientos de este film es innegable la influencia que este ha tenido en el estilo de Affleck. ¿Y saben qué? Hay muchas peores influencias que podrías tener.
Luz de mi vida es una especie de Children of Men en el estilo de Lowery. Todas las mujeres del mundo han muerto a causa de un virus y ahora el mundo es un vertedero post apocalíptico donde los tristes y solitarios hombres básicamente esperan la extinción, con excepción de Casey Affleck cuya hija resultó ser inmune al virus. No es la premisa más única pero definitivamente es una que me genera curiosidad, personalmente siempre he amado estas “visiones independientes” de conceptos de ciencia ficción enormes, ahora aterrizados en personajes y conflicto.
En ese sentido Casey es lo mejor de la película, tanto frente como detrás de la cámara. Su dirección es calmada, sólida e indolente. La cámara apenas se mueve en un par de planos para panear a algo, pero el 98% del tiempo esta está quieta haciéndonos espectadores distantes de este mundo arruinado. Es una delicada visión que definitivamente separa a esta cinta de lo que podría haber sido algo muy típico en manos de otro director, como Leave No Trace por ejemplo. Otro aspecto de la dirección que amé mucho fue el encuadre y el blocking de los actores. Affleck no solo logra muy bonitas composiciones con como posiciona los elementos dentro del cuadro, sino que estas tienen un propósito muy claro: hacer sentir a los personajes pequeños e impotentes ante la situación en la que se encuentran. Es este uso del espacio negativo contrastado con íntimos pequeños planos lo que le dan a Luz de mi vida un aire íntimo pero al mismo tiempo impenetrable.
Me gustó la forma en que Affleck construyó este mundo, no es perfecto pero en su mayoría creo que tomaron decisiones acertadas. Por un lado me encantó como el dialogo entre padre e hija implicaba una relación mucho más extensa de la que podemos presenciar en pantalla. El mundo físico y político que nuestros protagonistas enfrentan es mucho más complejo del que parece en un inicio y la cinta te deja descubrirlo todo por ti mismo. Y también el uso de flashbacks es muy emotivo y motivado, en ningún momento la película corta a un flashback porque sí y la actuación de Elizabeth Moss en estos es bastante sólida y emocionante. Pero al mismo tiempo también tenemos momentos en que Rag, la hija de Casey Affleck interpretada por Anna Pniowsky, se pone a leer diarios cuyos titulares nos dan información que como espectadores ya no necesitamos en ese punto de la historia y que ella también ya maneja. ¿Por qué confiar en la inteligencia de tu audiencia si después vas a explicar todo de una manera súper obvia de todos modos?
En cuanto a estructura creo que el segundo acto es por lejos el más débil. Tanto el primero como el tercero establecen preguntas dramáticas que son respondidas de manera muy satisfactoria. Sin embargo, el segundo acto por algún motivo decide que no tendrá mayor conflicto. Los personajes están cómodos y seguros sin ninguna amenaza previsible por tanto tiempo que me fue imposible no desconectarme de lo que estaba ocurriendo. Entiendo que en un mundo realista como el que la película está presentando no hay una escena de acción cada 5 minutos, pero la última media hora de la cinta hizo esto mismo tan bien que solo por comparación hace que esta sección de al medio se sienta mucho menos especial y memorable.
También aun tengo un par de dudas respecto a Rag, en ciertas ocasiones actúa como una niña de una edad considerablemente menor y en otras como si fuera una adulta. Considerando el hecho de que ocultarla y hacerla pasar por un niño es cada vez más difícil debido a, precisamente, su edad; me llamó mucho la atención lo poco consistente que era su personaje en ciertos momentos. No me creo para nada que una chica criada casi con rigurosidad militar por su padre para no ser reconocida, haga y pregunte algunas de las cosas que pregunta en esta película.
De todos modos creo que Luz de mi Vida es una película súper recomendable si andas en busca de una propuesta diferente. Es contemplativa, es íntima pero cuando debe ser brutal y dura no se oculta nada. Si son fanáticos del trabajo de Lowery (especialmente de proyectos como Pioneer o A Ghost Story) esto es algo que definitivamente no quieren perderse en cines. Ubicaré a “Luz de mi Vida” en el lugar número 46 de las 128 películas que he visto de 2019. Arriba de “The Breaker Upperers” y debajo de “Shazam!”.