La historia de una joven que rechaza un don ancestral y su hermano que necesita probar que puede ser más que el desdichado hijo de una maltratador en un mundo donde las aves rapaces y la cetrería lo son todos, nos presenta Una furia de alas negras, el primer libro de la serie Ligados al cielo de Alex London.
Cuando soltabas el amarre y lo dejabas volar, confiabas el halcón al mundo y tenías la esperanza de que el mundo lo devolviera ileso. Las personas no eran tan diferentes. A veces se iban y no volvían más.
Una premisa original es la que nos trae Alex London con la historia de Brysen y Kylee, mellizos que tras la muerte de su padre tienen que trabajar para pagar las deudas y poder liberarse. Brysen, víctima del maltrato de su padre, pretende ser el mejor cetrero para probar su valía; y Kylee con la extraña habilidad de hablar la lengua hueca, que permite manejar el idioma de las aves y en ocasiones darle órdenes, lo que más desea es alejarse de ese mundo.
Pese a ello, una guerra se aproxima a Seis Aldeas, el asentamiento en el que viven los mellizos y que pertenecen a los uztari, creyentes en domesticar y venerar a las aves, luciendolas como símbolos de poder, sobre todo aquellas más peligrosas que dan mayor estatus a la persona. Los kartami, son sus enemigos, una tribu que observa la cetrería como una blasfemia y que pretenden restaurar el orden, eliminando a los uztari. En medio de este enfrentamiento, Brysen y Kylee, son claves.
Estructuralmente, el libro se cuenta a través de la tercera persona desde la perspectiva de Brysen y Kylee principalmente, pero por momentos hay personajes secundarios que cuentan momentos paralelos y que al comenzar a leerlos confunden al lector, pues en principio no sabes de qué se trata y luego descubres que es de un personaje que no conoces o del que poco se da información. Esta es la principal falencia que se manifiesta en la prosa de London.
En cuanto a los personajes, esta primera entrega poco a poco nos va develando el pasado de nuestros protagonistas con verdades dolorosas que aparentemente los separa. En este sentido, la actitud de Brysen es inmadura y celosa, desquitándose con su hermana por sus inseguridades, mientras Kylee le perdona todo a su hermano, porque siente que se lo debe. Sin embargo, sin importar las reacciones que puedan generar, faltó algo a la hora de leerlos, carecen de la intensidad propia de los protagonistas, por lo que una de las cosas a esperar durante la siguiente entrega es la evolución de estos personajes y su relación, principal eje de la historia.
No obstante, London saca todo el potencial de esta historia en el preludio del final, una parte que se trata de decisiones, de elegir lo que es mejor para todos frente a esta guerra que los amenaza, y nos deja con la sensación de que no hemos terminado cuando llegamos al punto final, pues éste rompe el ciclo que llevaba el libro en su mayor parte de “subir, sobrevivir, atacar”.
La emoción de un cetrero surgía, en parte, por ser elegido. La pena podía surgir así de fácil también
Una furia de alas negras es la introducción a la serie Ligados al cielo, donde la búsqueda y aceptación de uno mismo es uno de los mensajes que nos entrega a través de la aventura de Kylee y Brysen y la necesidad de encontrar las herramientas para luchar en una guerra que pone en peligro la vida de todos aquellos a quienes aman.