“Historias de Miedo” es probablemente la película perfecta para niños entre 10 y 13 años y, por primera vez, no lo digo como insulto. Esta cinta está lejos de ser perfecta, pero puedo ver su valor y propósito: introducir al pequeño Timmy el género del terror. Basta de ver “Rugrats en París” niñito, ahora eres un hombre. Y en ese aspecto, creo que la película logra su cometido en un 100%. De la misma forma en que las ilustraciones de los libros marcaron a jovenes de toda una generación, hay escenas en este film que no saldrán de las mentes de su audiencia por muchos años.
Partiendo por lo positivo, visualmente la adaptación de los distintos monstruos es perfecta. La influencia del productor Guillermo del Toro es notable; la cinta usa mayoritariamente efectos prácticos por sobre los generados por computadora, lo que le da una textura única y tangible a la cinta. Se siente más peligroso cuando es real, como si pudieran seguirte a casa después de la cinta, algo que es mucho más difícil cuando hay computadoras involucradas. La película usa maquillaje, contorsionistas y vestuario para darle vida a estas horribles criaturas y para serles honesto hay un par de escenas en las que todavía pienso, a más de una semana de haberla visto. Impresionante considerando que ni recuerdo que fue lo que almorcé ayer.
Donde la película flaquea principalmente es en la historia principal que encapsula estos distintos “cuentos”. Cada vez que la cinta deja de adaptar una historia de los libros y pasa a su propia trama original, inmediatamente puedes sentir el bajón en calidad. Entiendo que la cinta quiera asociarse con cosas como Stranger Things, Super 8 o It. Pero a diferencia de aquellas obras, acá el grupo de chicos protagónicos carece del carisma y química necesarios para sostener las casi 2 horas de duración. No sé hasta que punto estuvieron involucrados Patrick Melton y Marcus Dunstan en el guion, pero su involucramiento nunca suele ser una buena señal. La mayoría del “relleno” entre las historias de terror, es bastante mediocre. Hay interesantes comparaciones entre la elección de Nixon y el estado de las cosas el día de hoy, pero la verdad no hay mucho para masticar en entre los sustos.
Como mencionaba, lamentablemente los chicos protagonistas no están a la altura del estilo visual del film. No solo por las débiles actuaciones en general, sino que también porque el guion los reduce a descripciones de una línea: “ella esta triste porque su mamá no está”, por lo que cada vez que le mencionan a su mamá ella va a estar triste. Esto hace que la dinámica entre los personajes sea estática y predecible, para la primera media hora ya sabes que hará cada personaje en cada situación. No evolucionan o aprenden mucho la verdad.
“Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad” esta muy lejos de ser perfecta, pero creo que brilla donde debe hacerlo: en los sustos. Tiene su terrible jump-scare por aquí y por allá pero el trabajo y cariño que tomó traer a estas criaturas a la pantalla es notable. Lleven a sus niños al cine a ver esto y traumatícenlos de por vida. En el mejor de los casos, más de alguno va a querer ver más y el género del terror habrá ganado un nuevo adepto. Al final del día, cosas peores podrían ocurrir. Ubicaré a “Historias de Miedo para contar en la Oscuridad” en el lugar número 40 de las 90 películas que he visto de 2019. Arriba de “Homecomming” y debajo de “The Great Hack”.