Una de las novedades que nos dejó junio fue “Al otro lado del océano” de Tahereh Mafi. Un libro que usa lo juvenil para dejar una fuerte crítica social con una historia que habla por sí sola.
Ya no podía distinguir a las personas de los monstruos. Observaba el mundo que me rodeaba y ya no veía matices. No veía nada sino la posibilidad de sufrir y la necesidad subsecuente de protegerme constantemente
Al otro lado del océano nos ubica un año después del atentado del 11S, en un escenario lleno de incertidumbres y miedos de una sociedad que comienza a despreciar aquel que es distinto. En términos generales, entonces, esta historia parte desde la intolerancia, la ignorancia y la xenofobia, cuyas emociones la autora logra evocar gracias al estilo directo que utiliza.
La historia nos muestra a Shirin, una joven musulmana que constantemente debe trasladarse de un lugar a otro con su familia por el trabajo de su padre. Si bien se encuentra en un nuevo instituto, las burlas y los malos tratos siguen siendo los mismos, frente a lo que ella se ha dotado con una suerte de muralla a su alrededor para evitar que la afecten y se vuelca en su pasión por el break dance junto a su hermano, Navid. Sin embargo, cuando conoce a Ocean James ve que hay quienes si valen la pena conocer y que miran más allá de las burlas o los estereotipos.
En este sentido, y como en todo género juvenil, el romance es un factor importante en el desarrollo de la trama, pero éste se encuentra al servicio de la crítica que realiza Mafi a una sociedad que se deja llevar por los prejuicios y que por las acciones de unos pocos extremistas lastima a cualquiera que sea de la misma religión.
La perspectiva desde la que se cuenta la historia es la de Shirin. Si bien, siempre es recomendable tener los dos puntos de vista en un libro, en el caso de Al otro lado del océano la narrativa desde Shirin se basta a sí misma para hacer de este libro una lectura interesante, con un final que para algunos puede ser el idóneo y otros, algo menos de lo esperado, es un cierre adecuado para esta historia autoconclusiva.
Simplemente, se exponía, descubriendo el corazón a lo que fuera. Merecía todo mi respeto
Al otro lado del océano es una historia de realidades, que pese a situarse en un género que habitualmente es considerado de banalidades, esta vez sorprende con temas poco abordados y nos invita a pensar si realmente hemos avanzado en cuanto al respeto con los otros.