No se preocupen, habrán comparaciones con Bohemian Rhapsody más adelante. Cuando empecé a escribir esta review me puse como meta personal ni siquiera mencionar la película de Singer, pero como solo puedo decepcionar a todos (incluyéndome), no pude contenerme. Independiente de que ambas sean biopics musicales, Bohemian fue terminada por el director de Rocketman, Dexter Fletcher, lo que hace que las comparaciones sean aun más interesantes. Son dos películas muy distintas y habiendo visto ambas, Rocketman parece casi una respuesta a las criticas de la película sobre Queen, pero entraremos en eso más adelante.
En cuanto a biopics musicales solo hay una película que importa: Walk Hard (2008). La sátira de comedia dirigida por Jake Kasdan es la perfecta biopic, toca todos los tropos de estas películas y se burla de ellos de una manera salvaje. Jamás podré ver una biografía de un músico y no pensar en esa comedia. Hace tan bien su trabajo que cada vez que un cliché aparece en una de estas películas, ahora resalta un 300% más de lo normal. Teniendo eso en cuenta, no, Rocketman no es una revolucionaria obra que redefine el género. Es más, sigue la estructura de la biopic musical bastante al pie de la letra, cada vez que el papá de Elton aparece es difícil no pensar en lo que decía el padre en Walk Hard: “THE WRONG KID DIED”. Sin embargo, las fortalezas de Rocketman no se encuentran aquí, sino en su presentación.
Rocketman tiene una historia que ya hemos visto antes, pero la presenta de una manera única, fascinante y fiel al sujeto que está retratando. Esta cinta no solo es una biopic, es un musical, es un drama, es surreal y contiene una poderosísima interpretación de parte de Taron Edgerton. Quién no solo toma el material y lo hace completamente suyo, sino que también canta todas las canciones en la película y vaya que se nota. Uno de los poderes más fuertes de los musicales, es la capacidad de expresar sentimientos que no se pueden transmitir con dialogo y tener al actor cantar en sí estos momentos ayuda demasiado con la conexión con el personaje. No es una imitación de cómo Elton canta, es Elton visto a través del mágico prisma que Fletcher nos presenta. No soy de aquellos que pide fidelidad a las biopics, prefiero 1000 veces un personaje que haga sentido en la película que algo 100% idéntico a la vida real y Rocketman se va por la segunda.
La dirección de Dexter Fletcher es segura en esta película, queda tan claro que había una visión particular en este film que hace que Bohemian Rhapsody luzca más nadita en retrospectiva. Eso sin contar que Rocketman no tiene miedo a explorar la vida de Elton, los momentos buenos y los no tan buenos. Es una película que trata a su protagonista como una persona, esta se enfoca en mostrarnos cómo el cantante va cambiando a medida que cosas le van pasando, en vez de las cosas que le pasan en sí (ahem Concierto de Live Aid ahem).
Sin embargo como mencioné antes, Rocketman no logra escapar en un 100% de los tropos de la biopic musical. Los padres irremediablemente malos, el ascenso a la cima después de una interpretación, el montaje de titulares de diarios mostrando como el artista es el número 1, la manía por mostrar detalles que están ahí solo porque la gente sabe que esto pasó y no porque sea relevante para la historia (la secuencia con la boda de Elton es el peor ejemplo de esto). La película recorre territorios ultra transitados, pero lo hace con gracia.
Increíbles números musicales, maravilloso diseño de producción y vestuario y más honestidad de lo normal para una producción de este tamaño; Rocketman continúa esta increíble temporada de películas que comenzó en mayo. En términos de relevancia y recaudación probablemente vivirá EN la sombra de Bohemian Rhapsody, pero de verdad espero que le den una oportunidad. Es una obra hecha con pasión, luce genial y tiene excelente música; ¿qué más podemos pedir? Ubicaré a “Rocketman” en el lugar número 14 de las 67 películas que he visto de 2019. Arriba de “Leaving Neverland” y debajo de “Avengers: Endgame”.