De los miles y miles de temas que existen para poder estudiar y escribir, jamás pensé leer un libro que tuviera a la borrachera como tema de estudio. Menos que este tema, a primera vista, tan trivial, pudiera ser tomado de manera fundante para las primeras grandes civilizaciones de la humanidad. Y si hasta acá ya era mucho, Mark Forsyth, autor del libro, se atreve a concluir que la Borrachera, con mayúscula, es el gran eslabón perdido del proceso evolutivo. – ¡Avísenle a Darwin!-
“Una breve historia de la Borrachera” es de los libros que muchos vemos en las librerías, pero los observamos con cierto prejuicio. También son de los libros que te tapan la boca, te sacan el prejuicio y no te sueltan hasta terminarlos por completo.
Con una muy entretenida pluma, Forsyth va narrando, uniendo cabos, contando y concluyendo en cada capítulo del libro. Una vez que se termina uno de ellos, la sensación es similar a la de un domingo de estreno de Game of Thrones, o sea, ya quieres saber qué sigue en el siguiente capítulo. En el caso del libro, quedas con las ganas de saber qué pasa mil años después y qué pasará cuando llegue al presente.
Obviamente el autor probó de su propia medicina y, con lo divertido que podría ser escuchar a un historiador curado hablando de cualquier tema histórico, al parecer Mark escribió más que algunas páginas con varias copas encima. Lo cual hace que su propia vergüenza desaparezca a tales niveles de sorprendernos con lo lógico de su propia lógica para situar a la embriaguez, una y otra vez, en la cima de una pirámide egipcia o en el ocaso de un imperio oriental. Si la luz es acción y la oscuridad carencia de la primera. El esplendor de una polis es la embriaguez y su ausencia, la causa de su decadencia.
Para terminar la sorpresa, Forsyth agrega hacia el final de sus páginas una amplia bibliografía de los temas que transformó en capítulos. Agradece a los especialistas entrevistados y se disculpa con ellos por las conclusiones a las que llega.
O sea, un libro divertido, con varias y buenas referencias a fuentes históricas para los más puristas y con una lógica que sorprende al más sobrio al momento de cerrar las ideas. Un libro para ser citado en algún asado, y ojalá con varias “chelas” por destapar.