El 14 de julio debe de ser de las fechas más citadas, estudiadas, retratadas, actuadas y leídas. Es una fecha que no deja de cautivar por su dramatismo, fuerza y derrotero. Es una fecha que toca de manera constituyente, según las diversas corrientes históricas, las narrativas de los países occidentales. Es una fecha que tomó Éric Vuillard, francés, escritor, cineasta y autor de “El Orden del Día” con el que ganó el Premio Goncourt 2017, para generarle un contexto y hacerle una narración del día, de ese día de julio de 1789, que aún hace eco, como las campanas de Notre Dame de París, a la sociedad de nuestros días.
Esta novela del reconocido escritor francés intenta meternos en su indignación con una narración envolvente y finamente sarcástica. Los personajes, que en la historia clásica es una masa, Vuillard le pone nombre y lugar de acción. Los humaniza. No los saca de contexto, ni a ellos ni a sus dramas. Y en ese intento de entender la indignación del francés que no habitaba ni jugaba en Versalles, interpela e indigna a los lectores, tanto para los que alcanzan la empatía histórica como para los que observan desde lo alto del siglo XXI.
La novela de Vuillard, nos da a los amantes de la historia la posibilidad de poder sumarle perspectivas diferentes a los días que marcaron un cambio en buena parte del mundo. Va más allá del documento, las fuentes y las crónicas. Pone algo suyo, algo que en la historiografía se veta, como es la interpretación con ojos del hoy. Sin embargo, si en el hoy tuviéramos la posibilidad de ver desde lo alto de una torre republicana, observaríamos que esta se construye con las ruinas y adoquines de piedras usados por los parisinos y extranjeros en aquellos días. Los ideales de aquel 1789 no son diferentes a los de 230 años después, aunque sí las formas en las que se llegan a ellos. La indignación es la misma, las sociedades diferentes.
Es un libro entretenido, rápido, que demanda cierto conocimiento previo de lo que fue la Revolución Francesa, sus causas y consecuencias. Es un tipo de escritura con párrafos cortos, en tiempos diferentes, en lugares diferentes a veces, que se van uniendo y generando la paz en quien lee y por fin entiende cuando se une todo lo escrito anteriormente.
Vive le France!