Leer a Judith Butler es realmente un ejercicio que vale la pena para la mente interesada en el género, la teoría queer y la vida humana en general. “Deshacer el género” es esencialmente una revisión del innovador libro publicado originalmente en 1990. En “Deshacer el género”, Judith Butler no solo agrega más matices al concepto de performatividad de género, sino que también cuestiona los parámetros que utilizamos. Para idear el concepto de lo humano. Cuanto más lees a Judith Butler, más cosas empiezan a hacer clic y tener sentido, y aunque todavía utiliza su prosa de marca registrada (densa y elusiva), la mayoría de sus afirmaciones son conmovedoras, accesibles y, lo que es más importante, perspicaces.
¿Qué hace que la vida sea más soportable para mí? ¿Qué hace la vida soportable para los demás? ¿Qué nos hace humanos? ¿Cuáles son los elementos que constituyen una ontología humana? Estas son algunas de las preguntas que Judith Butler plantea a lo largo de la introducción a “Deshacer el género”. Judith Butler destaca el hecho de que los parámetros que se han utilizado para acercarse, reconocer y categorizar a los humanos siempre han estado en constante cambio, y más aún, estos parámetros no son naturales o esenciales, sino más bien construidos socialmente.
Esto lleva a Judith Butler a aludir a su concepto de la vida “irreal”, que denota a los individuos a los que se les ha negado el acceso a una existencia humana legítima a través del poder del discurso. Por ejemplo, nociones como el color de la piel, el origen étnico, la orientación sexual, el nacimiento y la clase social han sido algunos de los conceptos utilizados para clasificar a algunos como humanos, mientras que al mismo tiempo impiden que otros sean abordados como tales. Si uno no puede ser enmarcado dentro de los marcadores discursivos y normativos de identidad que se utilizan para acercarse y categorizar a los humanos, uno no solo es raro y otro, sino que, en última instancia, corre el riesgo de enfrentar la violencia o de vivir una vida insoportable porque uno No cuenta con los constituyentes del privilegio normativo.
La petición de Judith Butler de una definición plástica y flexible de lo humano se debe, ante todo, a la incapacidad de las definiciones actuales para dar cuenta de todos los modos legítimos de ser y existencia que se encuentran actualmente en nuestra sociedad. Judith cree que a través de la erradicación de las restricciones normativas, uno no solo cambia su perspectiva del yo, sino que, en última instancia, este cambio de perspectiva allanará el camino para que otras personas florezcan en un mundo más habitable y acogedor.
Aunque este lenguaje bien podría establecer nuestra legitimidad dentro de un marco legal incorporado en las versiones liberales de la ontología humana, no hace justicia a la pasión, el dolor y la rabia, todo lo cual nos arranca de nosotros mismos, nos une a otros, nos transporta, nos deshace , y nos implican en vidas que no son propias.