¿Conocen ese sentimiento cuando saben están viendo lo que será su película favorita del año? El tono parece ser hecho para ustedes, la música y fotografía los atrapan, hay escenas que saben que no olvidarán en años y las actuaciones los convencen en un 100%; bueno, todo esto y más han sido mis dos experiencias con Suspiria.
Quiero evitar entrar en modo fanboy con esta película pero me será difícil. Suspiria es la una de las experiencias más intensas que encontrarás en el cine en mucho tiempo. Es una densa, hermosa y aterradora pesadilla construida por el maestro Luca Guadagnino. Toma el material de la original Suspiria y lo eleva para crear su propio mundo complejo, siniestro y lleno de capas para analizar.
Para aquellos que no lo sabían, Suspiria es un remake homónimo de la película giallo de Dario Argento de 1977. Personalmente, siempre le tuve mucho cariño a la original. Es colorida, única, graciosa y súper memorable. Afortunadamente el también italiano Guadagnino, en vez de tomar los elementos más amados de la original y simplemente darles un retoque 2018, toma las sensaciones que la original le provocó en su adolescencia y el trasfondo político de un Berlín dividido en plena guerra fría y los pone al frente de este remake. Es uno de los mejores remakes jamás hechos si me preguntan.
Ojo, que Suspiria tiene más en común con películas como “The Witch” o “Mother!” que con el terror un poco más mainstream de “La Monja” por ejemplo. Con 2 horas y 32 minutos es verdad que es un filme demandante, pero les aseguro que aunque la amen o la odien, no los dejará indiferentes. Suspiria tiene el mejor maquillaje, una de las mejores fotografías y algunas de las mejores actuaciones del año. Tilda Swinton, Dakota Johnson y Mia Goth dando interpretaciones que aún no me puedo sacar de la cabeza.
Solo para darles un ejemplo de porqué le estoy dando tanto amor a esta película. Durante una de las escenas donde las profesoras de la academia de danza están desayunando y poniendo la mesa. El plano secuencia que nos muestra todo esto, durante un segundo, enfoca a las actrices de tal manera que recrean perfectamente “La Última Cena” de Leonardo DaVinci. La película no llama la atención a esto tampoco, lo hace con una soltura increíble. Y más encima, tomando en cuenta la película entera, este plano tiene capas y capas de significados. No me quiero ni imaginar lo que debió haber sido coreografiar esta película.
No quiero entrar en spoilers, pero Suspiria nos muestra uno de los cultos más atrayentes que he visto en mucho tiempo. La forma en que operan, las cosas que hacen, cómo se organizan; es perfectamente cruel y despiadado. Hay imágenes que verán en Suspiria que dudo que se vayan a ir de sus mentes en mucho tiempo. Especialmente en su tercer acto, el cual es el perfecto clímax para 2 horas y media de tensión acumulada.
Suspiria es, en mi opinión, una de las pocas obras maestras de 2018. Una visión perfectamente ejecutada, tan llena de personalidad y sangre que me será imposible olvidar. Ya la he visto dos veces, planeo verla una vez más en cines y ya encargué el Bluray de Amazon. Esta es definitivamente, la mejor película de 2018. Ubicaré a “Suspiria” en el lugar número 1 de las 146 películas de 2018 que he visto, arriba de “Spider-Man: Into the Spider-Verse”.