Hace más o menos un mes fue el lanzamiento oficial de la segunda expansión del MMORPG que Square Enix tiene funcionando desde un buen tiempo, y si bien mi estadía en Eorzea no fue extensa (básicamente me perdí toda la expansión Heavensward), creí que era momento de volver, y creo que fue lo correcto. Ojo, este review está pensado para quienes conocen el juego, es posible que en el futuro haga un review más extenso para explicar con mayor profundidad el juego.
A este punto, asumo que ya la mayoría de las personas conocen los términos MMORPG y Final Fantasy, por tanto sería un desperdicio de tiempo y paciencia describirlos. Es importante mencionar que este MMO tiene elementos clásicos de la longeva saga, e incluso elementos del gran MMO del momento WoW, pero Squenix dentro de su estilo crea una experiencia que dista harto del monstruo de Blizzard.
FFXIV es un MMO que se centra en su trama, de hecho si deseas raidear y completar dungeons deberás ir completando las etapas/quests de la Main Story Quests (MSQ) si desea la experiencia completa de este juego (aunque con la nueva expansión es posible pagar por evitarlo, pero no lo recomiendo para nada). Gracias a las expansiones y actualizaciones frecuentes de este juego, la experiencia en sí se va renovando cada ciertos meses, agregando más historia, más trama, más intriga, y claramente… Más waifus…
El estilo de Stormblood es claramente ambientando en el Japón más clásico, incluyendo 2 nuevas clases de daño para que podamos disfrutar y 8 nuevos mapas incluyendo 2 capitales nuevas. Las clases son Samurai (SAM) y Red Mage (RDM): SAM se centra netamente en generar MUCHO daño físico usando técnicas con la katana, mientras que el RDM busca intercalar daño melee y rango usando magia negra y blanca desde lejos para luego atacar desde cerca con una espada tipo rapier. Estas 2 nuevas clases le agregan un estilo nuevo para quienes buscan una alternativa al DRG (en términos de daño alto con golpes lentos pero fuertes) o a las clases casters como BLM o SMN dado que el RDM tiene un estilo muy propio. Por ahora, hay que decir que estas nuevas clases están pegando demasiado o bien no han actualizado bien el daño de las otras clases…
Otro GRAN cambio fue la inclusión de las “Class Bars”: Cada clase puede activar una barra especial y única para cada clase que les permite tener un “recurso” distinto a los clásicos MP/TP. Estas barras usualmente se ganan en nivel 50, pero puede cambiar dependiendo de la clase (DRK lo gana en nivel 62), y sus comportamientos puede ser totalmente distintos: La barra DRG es un contador de tiempo que lleva el remanente del buff “Blood of the Dragon”, mientras que SAM tiene cuál de los 3 sellos has desbloqueado y cuanta energía tienes guardada en la katana. Cada clase tiene mecánica nuevas gracias a estas barras, así como también simplificaron de manera sustancial muchos de los estilos de juego de las clases, al eliminar una gran cantidad de movimientos que se sentían “ajenas” a la rotación normal de habilidades.
Para quienes están preguntándose “Y vale la pena?”, la respuesta es tan sencilla como la pregunta: Sí, lo vale. Yo he jugado WoW desde el inicio y si bien Legion ha sido una gran idea como expansión, su ejecución por ahora ha dejado que desear. Lo que Squenix hace muy bien es que al jugar FFXIV te sientes parte de una trama más épica y grande que tú, que la vida misma, los cutscenes y las peleas se sienten muy bien pensadas, y hasta los jefes más simples de los dungeons pueden sentirse como batallas legendarias. Stormblood trae un nuevo contexto, una nueva historia que si bien se siente menos épica que lo grandioso que fue Heavensward, los trials y raids nueva traen mecánicas geniales y nuevas maneras para simplemente disfrutar este buen juego, sumándole la gran integración que se tiene con el contenido viejo del juego, algo que al parecer Blizzard está empezando a sopesar con estos timewalking de raids.
No todo lo que brilla es oro: Las clases fueron simplificadas, y algunas sufrieron más de la cuenta. Aun siento que DRG tiene muchas cosas que meter en la rotación y los errores los pagas demasiado caros, mientras que rotaciones en clases como SAM o BLM son más perdonables. Además, Sotrmblood tuvo un lanzamiento sinceramente terrible: Quienes tuvimos el early access de poco sirvió dado que la cantidad de jugadores no se estimó bien, y existieron distintos cuellos de botella en algunas quests por la manera que el juego funciona (algunas quests llamadas duty te llevan a un servidor especial, el cual tenía un límite realmente acotado de jugadores al mismo tiempo). Lo bueno es que arreglaron estos problemas, pero tomó al menos 48 horas…
Finalmente, aun si no habías jugado FFXIV antes, creo que este es un excelente momento para gastar unas lucas si deseas tener una experiencia única con el precio adecuado: 60 dólares para tener el juego más 2 expansiones de una sola pasada. Es un MMORPG sólido, con muy buenas ideas, gran diseño y simplemente se siente muy bien jugarlo. Si bien aun creo que deben actualizar un poco el engine dado que los terrenos se ven muy planos, las armaduras, armas y la música en general están increíbles.