En el pasado septiembre, Microsoft lanzó la versión “Slim” de su consola Xbox One, y hablaremos un poco de ella dado que tuvimos el privilegio de probarla durante unos días.
La Xbox One S (XOS) es la nueva versión de la ya famosa consola de última generación de Microsoft. Esta nueva iteración no sólo tiene una gracia práctica en cuanto al volumen que ocupa, sino que además se le agregan algunas características importantes, que trataremos de ir revisando paso a paso.
Lo primero es lo más obvio: 40% de reducción en su volumen se puede considerar como una gran ventaja. La original ya era un ladrillo monstruoso, probablemente debido a que la Xbox 360 tuvo tantos problemas de disipación de calor que fueron más cuidadosos y quizás hasta conservadores esta vez, la XOS mantiene la estética de utilizar una estética tosca, con líneas rectas, ángulos rectos y lados muy marcados.
No crean que todo es estética, dado que la XOS tiene algo bajo su manga: nuevo hardware incorporado que le permite a la pequeña gran consola de Microsoft reproducir videos en 4K e incorporar HRD a sus juegos. Si bien, esto resulta totalmente bonus para aquellos que tienen la TV capaz de reproducir tal resolución, la consola tuvo que mejorar un poco su poder de procesamiento para lograrlo, por tanto los juegos también son escalados a 4K (no vienen nativos) y además se le agrega la posibilidad de emular High Definition Range (entregar una imagen más nítida en cuanto se refiere al efecto de luminosidad, más detalles googlear HRD). Nosotros pudimos comparar a grandes rasgos el juego Dead Rising 4 en la XOS y su hermana mayor y la verdad es que si bien no se ven diferencias en lo visual, efectivamente hay menos frameskipping en momentos de gran volumen de partículas y detalles en la pantalla.
Además, la XOS viene con la nueva versión de los controles de Xbox. No confundir con los controles Elite, pero al menos este control trae un par de cosas muy apreciadas como un mejor “grip” en la parte posterior que permite agarrar bien el control, y la opción de usar un audio jack y utilizar tus audífonos preferidos para escuchar el juego o incluso usar los del celular o PC si quieres para comunicarte.
La pregunta final es ¿Vale la pena si ya tengo la Xbox One? Y bueno, la verdad es que no, a menos que tengas una TV 4K que quieras aprovechar. Para cualquier persona que esté considerando comprar una Xbox es definitivamente la mejor opción dado que por el precio te ganas un reproductor 4K y que puede transmitir películas en UHD desde Netflix si lo deseas dado que trae incorporada la tecnología de HDMI 2.0. Pero para el resto de los mortales, me refiero a quienes ya tengamos la consola, creo que no vale la pena hacer el upgrade.