El nuevo single de Álex Anwandter, “Siempre es viernes en mi corazón”, lleva ya un buen tiempo sonando en las radios. Una buena canción, simple, pegajosa, bailable, bien lograda como todos los trabajos solistas de Anwandter. Sin embargo estas cualidades no anulan el hecho de que la canción es repetitiva en su premisa, una vez más. No es necesario tener que refrescárle la memoria a nadie para darse cuenta de que Álex ya tiene canciones en las que habla de que, por ser gay, la Iglesia lo condena al infierno y el gobierno no le da igualdad de derechos. Y es que, señor Anwandter, la homosexualidad no da altura de miras ni una calidad de “ser superior” a las personas que lo son. Los homosexuales no buscamos ser mejores ni andar por la vida predicando que somos diferentes, buscamos igualdad de derechos, ante todo régimen. Ir siempre de lleno a estos temas, en mi opinión, es irse a un lugar común y sencillo que promete el “éxito”, la controversia. Ya no queremos destacar, que nos marquen de distintos, repito, queremos ser IGUALES.
Aquí es donde llegamos al video de la mencionada canción, estrenado el día de hoy. En él, vemos a Álex Anwandter como trabajador de una especie de fábrica que mas parece nave espacial de Star Trek. Otro de los set de este video es una pieza con un póster de Jaime Guzmán en la pared, el que, después Álex quema.¿Se acuerdan de lo que dije antes sobre los lugares comunes que buscan controversia solo por que sí? Chile es un país horriblemente dividido, lleno de resentimientos, arribismo, abajismo, discriminación y homofobia. Entonces, en vez de seguir creando divisiones y metiendo el dedo en la llaga con esta clase de acciones que no llevan a nada, ¿por qué mejor no hacer un video que llame a la unión, a que las personas se respeten, que se dejen de tratar de cuico tal por cual o roto de mierda, que nos volvamos una sociedad más amable e inclusiva. Pero no, hay que seguir haciendo música, cine, videoclips y cuanta cosa de la dictadura, de las clases sociales, etc. ¿En serio aún no se cansan?
Pero volviendo al videoclip en sí, Anwandter nunca ha sacado un video decente, puras cosas pseudo-artísticas interpretativas como este en que todo significa otra cosa y, después, de la nada, sale Álex haciendo un baile, que no se por qué siempre me da la impresión de que es el mismo baile con un par de cambios. Para finalizar con una entrevista a uno de los trabajadores, que yo la interpretaría como una forma expresar la poca conciencia que hay sobre las paupérrimas condiciones de la clase obrera chilena. Entonces, para resumir, en este video, Álex Anwandter camina por una especie de fábrica con cara de pena, luego quema un póster de Jaime Guzmán con cara de pena, luego baila con cara de pena, y al final, uno de los trabajadores habla de lo maravilloso que es trabajar ahí. Realmente mi recomendación, don Alex, es que llame a Bernardo Quesney y le pide que le haga un buen video, como los que está acostumbrado a hacer Bernardo, y redímase de su pésimo historial en los videoclips.