¿Estás preparado para ver otro remake lleno de efectos especiales, malos actores y 0% de originalidad, de una película que no necesitaba un remake? Si la respuesta es “sí”, corre a tu blockbuster más cercano (jaja, get it? i’m old) para arrendar este nuevo clásico de los remakes innecesarios.
Poltergeist es el remake de una película con el mismo nombre creada por el, en ese tiempo, aún creativo e interesante Steven Speilberg y le fue bastante bien. En aquel entonces, tenía todo lo que era necesario para un hit cinematográfico. Había fantasmas, efectos especiales bien ejecutados para las limitaciones de la época, un personaje principal tierno y muerte; controversia y desastre para los actores después de la película.
Pero olvídate de ese tiempo con buenas películas y recuerda que estas en el 2015, época en la que todo ha tenido que ser rehecho para las nuevas generaciones. Así empieza Poltergeist.
La familia Bowen, de la que solamente sabemos que es el típico matrimonio gringo de clase media baja, con una hija mayor que es una perra/malagradecida/adolescente, que debe pelear por todo con su familia, un hijo del medio que le teme a su propia sombra y apenas recibe atención aunque esté notando fantasmas en su casa, y la pequeña Caroli… digo, la pequeña Madison, pseudomascota/personaje principal ausente de la película.
Vemos a los Bowen llegar a una nueva casa y ahí sale la primera duda: ¿Cómo mierda la pagaron? Verán, el resto de la película te recordarán como los Bowen están sin dinero porque al padre lo despidieron y la madre, supuestamente, no trabaja para así poder escribir un libro… Sí, ese es el mayor dato que tenemos sobre ella, aparte de que es la mamá. Impresionante desarrollo de personaje ahí. Lo peor es que ella es la que tiene más desarrollo de todos.
Pero bueno. Compran una casa sin tener trabajos en meses y rápidamente empiezan a pasar la típica diarrea de eventos paranormales vainilla (lo peor que se ve es una ardilla salvaje en la pieza) que no asustan a nadie, excepto al hijo del medio, explotando su única cualidad, la cobardía.
El padre (sí, lo llamaré por su rol, no merece tener un nombre) llega con basura innecesaria para poder usar después en la película… Me refiero a regalos para su familia, como un iPhone nuevo, un drone con cámara y joyería para su señora… Ahí empiezas a cuestionarte si el weón tiene mucho dinero ahorrado, o si es el típico ser imbécil que trata de parchar la mierdosa vida que tiene gastando dinero que no tiene.
Durante varias escenas hablan de una supuesta cena, donde tal vez pueda enganchar algún pituto para dejar de ser un vago, pero la cena es solamente una excusa que mata 2 tiros: El primero es que les cuenten que su casa está construida sobre un cementerio que fue movido y el segundo es dejar a los hijos solos para que los fantasmas les hagan cositas.
La hija mayor usa el teléfono para seguir sonidos raros hasta ser agarrada por un barro (sospechosamente parece mierda) que sale del piso del garaje, mientras el hijo cobarde se ve en una situación clásica del terror desde que fue establecido universalmente que los payasos dan cuco. Acá la película demuestra cómo puede arruinar todo en una sola escena… Es sencillo, lee. Lo que haces es pescar payasos de juguete que no dan miedo y crear la sensación de que si lo hacen, corriendo por la habitación. Ahí partes bien y creas suspenso. Ahora eso lo sigues con uno de los varios payasos atacando al pendejo sin lastimarlo ni nada y en vez de usar un inteligente ángulo con la cámara para que se vea como que el muñeco está vivo, lo reemplazas con un payaso de efectos especiales que se ve por completo y pierde todo el suspenso y terror que podría haber tenido. ¡Chan! Ahí también tienes que tirar el árbol malulo que ataca rompiendo los vidrios, pero usas mas efectos especiales para que pareciera que una mano rasca la ventana… Uuuuh, que miedo. Para seguir puedes hacer que el pendejo cobarde muestre su nivel súper sayayín de cobardía y deje a su hermana pequeña para ser comida por el clóset, mientras arranca del árbol extra largo que lo persigue por toda la casa. Después de todo, de alguna forma la pendeja tiene que llegar adentro de la tele o la película no funciona.
Cuando ya quedo la cagada, tienen que llegar los padres a salvar al pendejo del árbol (aunque en realidad no era necesario). Acá el árbol bota solo al pendejo y no trata de comérselo como en la original. ¿Alguien me puede explicar desde cuándo los arboles son tan largos? ¿Acaso los fantasmas son abono sobrenatural para los árboles y los convierten en veganos? El horror.
Cuando los padres aprenden lo imbécil que es dejar a una adolescente gringa cuidando a un par de niños, van a buscar ayudar en la universidad local que tiene un departamento precisamente dedicado a lo sobrenatural, pero es casi un alivio cómico en la película. Los “expertos” no saben donde están parados y uno de ellos no encuentra nada mejor que tratar de convencer al niño cobarde que deberían tener un reality show en la casa para así ganar dineral… Mientras veía este escena mi cerebro gritaba “¿¡POR QUÉ ESTE HIJO DE PERRA NO MURIO!?” En los ’80, un personaje así de aweonao habría recibido una muerte con efectos malos y sangre falsa por montones. Pero no, acá solo hacen un juego con un taladro y para cagarla más, al final te dicen que todo fue una ilusión. ¿¡Por qué casi todo lo que pasa en esta película es una ilusión!? Creo que un 30% de los sucesos paranormales son atribuidos a que el personaje está solo y después de casi cagarse de miedo, se da cuenta que no fue real. ¿Acaso ya nadie puede morir en gloria a menos que sea una de las mil secuelas de Saw?
Acá es cuando finalmente llaman al verdadero experto en muertos y esto merece una comparación con la original. En la primera, tenemos a una señora con voz de pito, enana y hecha mierda, pero que da una fuerte sensación de confianza y que desde el principio te hace sentir que está en su elemento weviando con fantasmas… ¿Y qué nos dieron en el remake? Un weon con la cara echa mierda, llena de cicatrices que te tienen que dar la ilusión de que el personaje tiene un pasado y en ese pasado estuvo casado con la primera investigadora paranormal, porque claramente tenían que tirar algo de tensión sexual entre personajes que no necesitaban nada de eso… Grande hoyiwud.
Entra en turno el segundo juguete innecesario comprado antes que ahora será útil. El drone con cámara es usado para ver qué mierda hay en el “otro lado”, donde supuestamente no hay arriba ni abajo, pero el drone logra funcionar igual… Acá podemos ver el otro lado, finalmente sabemos qué pasa al morir… ¿Y sabes qué pasa? Te conviertes en papel tapiz. ¡Así es! Al morir, puedes esperar un acogedor lugar en la pared de la casa que embrujas, en una orgía de fiambres con todos los otros muertos que también juegan al papel tapiz contigo. Al menos los fiambres son lo único que hicieron bien en la película. Parecen sufrir y necesitar a Caroli… digo, Madison para que les muestre la luz.
Y que sorpresa nos llevamos cuando el joven que toda la película fue un cobarde ahora tiene que redimirse para salvar a su hermana… Nadie lo vio venir. En una escena fome y poco climática para lo que debió ser el clímax de la película, Madison es salvada y todos están felices como lombrices, tirando tallas, contando más historias sobre cicatrices y reanudando esa tensión sexual tan innecesaria entre los investigadores paranormales. ¿Y para qué? Para crear un falso sentimiento de tranquilidad antes de que quede la cagada de nuevo, igual que en la película anterior. La casa se come el auto con la familia cliché andante aun adentro y rapta de nuevo a Madison, quien esta vez será salvada físicamente por toda la familia, mientras impiden que la casa la chupe como una vulgar aspiradora. Afortunadamente, el exorcista de las cicatrices se va a sacrificar para que los muertos se vayan a la luz y dejen de weviar, dejando abierto para una secuela. Aquí retomamos una secuencia que da pena comparada con la original. Ahí vimos una piscina llena de esqueletos y ataúdes saliendo del piso disparados para asustar a la familia, mientras en el remake vemos una poza con un par de fiambres hechos en computador… ¡Vivan los remakes!
La familia escapa en una parodia del escape de la película original y de ahí saltamos a cuando están comprando una casa nueva. ¿Con qué dinero? No sé. Pero en otra escapatoria cómica, la familia Bowen deja hablando sola a la vendedora porque les dijo que la casa tenia elementos similares a la anterior. Jijijij, que entretenido, ¿no? Todo para terminar viendo a la familia con auto nuevo, todos felices y pasando por casas con la cerca blanca, rogando que se escuchara el tema de “America Fuck Yeah” de Team America de fondo.
Creo que se entiende cuanto odié este remake. Tengo un resentimiento contra los remakes malos, pero este particularmente la cago. Espero que no sigan con los remakes de The Poltergeist 2 y 3, ya que esas son malas por si solas.
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Tanto repetir la palabra innecesario, que tal como la pelicula esta critica es innecesaria.