Algunos atraviesan toda la ciudad para poder llegar a su trabajo. Otros tienen que pasar por reuniones insufribles en las que no tienen nada que decir. Incluso hay quienes se aburren en una fiesta a la que fueron arrastrados y de la cual no se pueden ir aún. ¿Te identificas con alguna de esas descripciones? Muchas de estas personas como tú o como yo, me frenan en la calle muy seguido (en realidad no) y me preguntan: “Ignacio, ¿qué puedo hacer en estas tediosas situaciones puntuales, sin embargo muy comunes para el joven promedio?” A todas esas personas les traigo la solución: ¡Juegos para el celular!
La intención de esta entrega es mostrarles juegos entretenidos, relativamente adictivos y de géneros distintos entre sí, pero que no verás en la página de “mejores juegos” de Google Play (entiéndase, para los que estamos hartos de Pou, Angry Birds y Candy Crush). Hoy les traigo cuatro títulos que han hecho de las filas del banco, las estancadas reuniones y el trayecto al supermercado, experiencias totalmente diferentes.
Aunque hoy les traigo exclusivamente juegos gratis, no es algo que caracterizará futuras entregas, puesto que hay títulos buenísimos que son pagados. Lo que pasó hoy fue simplemente una coincidencia (y que soy un tacaño asqueroso que no quiso pagar los justos precios de los otros juegos).
DISCLAIMER: Kibit.cl no se hace responsable por que pierdas tu número en la fiambrería debido a estar demasiado absorto en una batalla por tu vida contra un cangrejo de alcantarillado, como para darte cuenta que era tu turno de pedir el jamón para la semana.
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Bienvenido al apocalipsis. Tu objetivo es erradicar a la raza humana. Corta.
Eres el gestor oculto de la nueva gran pandemia y tu deber es hacerla evolucionar, para que sea cada vez más contagiosa y, eventualmente, letal; así podrás cumplir tu meta de enfermar y matar a todos los seres humanos. Mientras más personas se enfermen, obtendrás más ADN (la moneda del juego). Con dicho ADN compras mutaciones que pueden ir desde el síntoma de la tos o que los insectos sean portadores, hasta incluso dejar a la gente en coma o que tu enfermedad les genere una falla de sus órganos vitales.
Lo interesante y desafiante de este juego, es la estrategia que tienes que adoptar. Como el ADN es limitado, puedes decidir hacer de tu pandemia algo ridículamente letal desde el comienzo, con síntomas sacados directamente de una película de terror. Sin embargo, esto hará que la enfermedad sea muy notoria, dándole el pase a la WHO (World Health Organization; OMS, Organización Mundial de la Salud) para empezar a desarrollar una cura, por lo que los países cerrarán sus puertos evitando que tu creación entre en las naciones que aún permanecen sanas (te estoy viendo Groenlandia). También puedes ir en la dirección contraria y concentrarte en las propiedades contagiosas de la pandemia, permitiendo que distintos animales sean portadores, dándole síntomas como estornudos o incluso haciéndola fuerte contra antibióticos; pero cuidado, ya que puedes terminar con el resfrío más pegote del mundo y sin ninguna tumba a tu nombre.
Puedes pagar un dólar para tener el juego completo. Esto significa desbloquear la opción para hacer que el tiempo pase más rápido y también puedes empezar el juego con mejoras que te harán la vida más fácil. Sin embargo, no te bombardean con publicidad ni te impiden jugar en caso que decidas no pagar. Simplemente te dan beneficios cómodos que en ninguna instancia son necesarios.
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Dots es un juego muy simple tanto en su jugabilidad como en su presentación. Te muestran una matriz de puntos de distintos colores y tienes que unir, a través de una línea, la mayor cantidad de puntos del mismo color, deslizando el dedo en la pantalla. Esto hace que desaparezcan y de arriba caigan otros puntos de diferentes colores para rellenar la matriz. Mientras más puntos juntes con una sola línea, más puntaje obtienes con esa jugada. Suena aburridísimo, hecho y rehecho; lo sé. Pero créanme, tiene su magia.
Dots incluye un modo que dura 60 segundos, donde debes obtener el mayor puntaje posible antes que se acabe el tiempo. Hay otro modo donde el límite, en lugar de ser la cantidad de tiempo, es la cantidad de movidas que puedes hacer. Tiene también un modo infinito, el cual puede ser desbloqueado pagando un dólar. Sin embargo, el modo que lo hizo llegar a esta lista, es el modo de competencia en línea. Parecido a los miles de Scrabble que hay para celular, te dan tu turno, haces lo mejor que puedes y le llega una notificación a tu oponente, avisándole que tiene un desafío tuyo y mostrándole el puntaje que lograste obtener. Una vez que tu oponente juega, se comparan los resultados y se sabe quien ganó. Puedes optar a jugar otra vez con esa persona si lo estimas conveniente o si estás gritando amargamente en el suelo porque venció tu puntaje insuperable por un punto. Vale destacar que es posible tener un número indefinido de partidas simultáneas y que puedes invitar a tus amigos a jugar contigo, para después burlarte de sus bajas puntuaciones, o para conversar de cómo te cambió el juego, cuando notaste lo efectivo que es hacer cuadrados.
Dots es un juego misteriosamente adictivo. Dentro de su simpleza tiene un encanto tácito que, al encontrarlo, no podrás dejar de verlo y, consecuentemente, de jugarlo… A menos que le des una oportunidad al siguiente juego de la lista.
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Puertas secretas, monstruos implacables, grandes tesoros, pociones mágicas y armaduras malditas son algunas de las muchas cosas que Pixel Dungeon trae para tí. En este juego al más puro estilo Diablo (más parecido al 1 que a los otros dos), puedes escoger ser un guerrero, mago o ladrón para recorrer un extenso calabozo (hay una cuarta clase que puedes usar, pero tienes que derrotar al tercer jefe del calabozo con cualquiera de las otras tres, para poder desbloquearla). La interfaz para interactuar con tus alrededores es muy intuitiva y fácil de aprender; tocas la pantalla para avanzar, para atacar, para recoger objetos o para cualquier cosa. Lo que no es tan intuitivo son las distintas mecánicas del juego; pero no se preocupen, con un buen par de muertes vueltas por el calabozo, van a empezar a entender como funciona todo. Cada juego nuevo implica un calabozo hecho al azar, donde en cada piso debes encontrar la escalera para bajar al piso de más abajo. Mientras más bajas, más peligroso se pone, pero también mejoran los tesoros y como consecuencia, te vuelves cada vez más fuerte. Comenzando, no sabes lo que hacen la gran mayoría de las pociones o pergaminos que encuentras. Sin embargo, al tomarte una poción desconocida o al leer un pergamino, ya conoces su función por el resto del juego (en caso que no te quemes por dentro y mueras, por tomarte una poción de fuego, hecha para tirarla a los enemigos en lugar de tomártela).
Pixel Dungeon es completamente gratis. No tiene in-app purchases ni tampoco es la versión gratis de un juego más grande. Los desarrolladores tienen claro que el juego es buenísimo y se nota, ya que impusieron un sistema de donaciones; si quieres pagar, hazlo. Si no, da lo mismo, porque vas a querer pagarles después de jugarlo un rato.
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¿Sabías que hay portales escondidos en el mundo a través de los cuales entra algo conocido como ‘Materia Exótica’, por la cual se pelean dos facciones y que podría definir la destrucción o el bienestar de nuestro planeta? Yo no lo sabía, al menos hasta que bajé este… “juego”.
En Ingress, eres un agente en busca de los ya mencionados portales, que traen al mundo la ya mencionada Materia Exótica (Exotic Matter; XM). Al comienzo tienes que escoger un bando, ya que tu deber es capturar los portales para tu equipo. Lo interesante de este juego (y lo que lo hace caer en la clasificación de “realidad aumentada”) es que dichos portales están alrededor tuyo, en tu propio barrio, y tienes que usar tu celular como un sensor para encontrarlos y posteriormente capturarlos para tu facción. Eso implica que tienes que pararte, vestirte (ducharte es opcional) y salir de tu casa para serle de ayuda a tu equipo.
Es muy entretenido para cuando vayas a salir o para simplemente darle una vuelta a tu barrio un día que no tengas nada que hacer. Aunque se siente extraño ir viendo el teléfono para cumplir tu misión dentro de este submundo que que nadie a tu alrededor conoce… o que al menos no parecen conocer.